Un astrónomo australiano pudo registrar entonces un único pulso luminoso en los alrededores del planeta
JOSÉ MANUEL NIEVES
Cuando aún resuenan en los medios de comunicación de todo el mundo los ecos del hallazgo de Gliese 581g, que podría ser el primer planeta habitable descubierto por el hombre, el prestigioso astrónomo australiano y miembro del programa SETI Ragbir Bhathal pone sobre el tapete un inquietante trabajo dirigido por él hace dos años: la recepción de un misterioso y único pulso de luz, captado por él en persona y procedente de la misma región de espacio, a 20 años luz de distancia, en la que se ha encontrado el nuevo planeta. ¿Simple casualidad o una señal enviada por seres inteligentes? El debate, una vez más, está servido.
Tal y como recoge la edición on line del diario británico Daily Mail, el doctor Ragbir Bhathal, investigador de la Universidad de Western Sydney, registró en diciembre de 2008 una extraña señal procedente del espacio. Difícil de explicar por causas naturales, aquél único pulso luminoso fue captado en los alrededores de Gliese 581 mucho antes de que se supiera que la estrella tenía en su órbita planetas "potencialmente habitables".
"Siempre que hay una noche clara -dijo Bhathal entonces- subo al observatorio y me doy una vuelta por varios objetos celestes. Fue mirando a uno de esos objetos como encontré la señal. Encontramos un pulso muy largo, del tipo del que emitiría un laser, que es justo el tipo de cosas que andamos buscando".
Intrigado por su hallazgo, Bhathal siguió escrutando durante meses los alrededores de Gliese 581 en busca de una repetición de la misteriosa señal. Pero no consiguió volver a captarla. Tal fue su conmoción al recibir aquél único pulso de luz que sobre el registro en papel de aquél día y junto al pico de la enigmática señal, el científico anotó lo siguiente: "Es esto ET"?
Puede que se trate de una simple coincidencia, pero este hecho singular añade una nueva capa de misterio al anuncio realizado hace apenas unos días por un equipo de astrónomos de las Universidades de California y Santa Cruz y del Instituto Carnegie de Washington: el hallazgo de Gliese 581g, el mundo más parecido a la Tierra encontrado hasta ahora. Con éste, ya son seis los planetas conocidos alrededor de la misma estrella.
Apenas unos meses después de que Bhathal captara la señal, los astrónomos ya encontraron alrededor de la enana roja Gliese 581 tres planetas (Gliese 581e, Gliese 581c y el Gliese 581d), en las proximidades de su zona de habitabilidad, es decir, muy cerca de la estrecha franja orbital que permite la existencia de agua en estado líquido. Pero aquellos mundos se encontraban en los bordes de esa zona exclusiva en la que, teóricamente, es posible la vida, y por lo tanto los científicos nunca se atrevieron a asegurar que, efectivamente, podían ser habitables.
A pesar de ello, su detección fue suficiente para despertar la imaginación de muchos. El canal de documentales australiano RDF y la red social Bebo utilizaron entonces un radiotelescopio en Ucrania para enviar 500 mensajes del público en forma de radioondas hacia la estrella Gliese 581. Al mismo tiempo que el ministro australiano de Ciencia organizaba a 20.000 usuarios de Twitter para enviar mensajes hacia aquél lejano sistema solar a 20 años luz de distancia de la Tierra.
Pero el caso del último planeta descubierto es muy diferente: Gliese 581g no está cerca, sino justo en medio de la zona de habitabilidad. Un lugar que en nuestro propio Sistema Solar está ocupado por nosotros. Su descubridor, Steven Vogt, profesor de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Santa Cruz, afirma estar convencido "al cien por cien" de que allí hay vida.
De ahí a relacionar este hallazgo con la misteriosa señal de Bhathal solo hay un paso. Una distancia muy corta pero que la Ciencia está obligada a recorrer despacio y con la máxima cautela.
FUENTE
JOSÉ MANUEL NIEVES
Cuando aún resuenan en los medios de comunicación de todo el mundo los ecos del hallazgo de Gliese 581g, que podría ser el primer planeta habitable descubierto por el hombre, el prestigioso astrónomo australiano y miembro del programa SETI Ragbir Bhathal pone sobre el tapete un inquietante trabajo dirigido por él hace dos años: la recepción de un misterioso y único pulso de luz, captado por él en persona y procedente de la misma región de espacio, a 20 años luz de distancia, en la que se ha encontrado el nuevo planeta. ¿Simple casualidad o una señal enviada por seres inteligentes? El debate, una vez más, está servido.
Tal y como recoge la edición on line del diario británico Daily Mail, el doctor Ragbir Bhathal, investigador de la Universidad de Western Sydney, registró en diciembre de 2008 una extraña señal procedente del espacio. Difícil de explicar por causas naturales, aquél único pulso luminoso fue captado en los alrededores de Gliese 581 mucho antes de que se supiera que la estrella tenía en su órbita planetas "potencialmente habitables".
"Siempre que hay una noche clara -dijo Bhathal entonces- subo al observatorio y me doy una vuelta por varios objetos celestes. Fue mirando a uno de esos objetos como encontré la señal. Encontramos un pulso muy largo, del tipo del que emitiría un laser, que es justo el tipo de cosas que andamos buscando".
Intrigado por su hallazgo, Bhathal siguió escrutando durante meses los alrededores de Gliese 581 en busca de una repetición de la misteriosa señal. Pero no consiguió volver a captarla. Tal fue su conmoción al recibir aquél único pulso de luz que sobre el registro en papel de aquél día y junto al pico de la enigmática señal, el científico anotó lo siguiente: "Es esto ET"?
Puede que se trate de una simple coincidencia, pero este hecho singular añade una nueva capa de misterio al anuncio realizado hace apenas unos días por un equipo de astrónomos de las Universidades de California y Santa Cruz y del Instituto Carnegie de Washington: el hallazgo de Gliese 581g, el mundo más parecido a la Tierra encontrado hasta ahora. Con éste, ya son seis los planetas conocidos alrededor de la misma estrella.
Apenas unos meses después de que Bhathal captara la señal, los astrónomos ya encontraron alrededor de la enana roja Gliese 581 tres planetas (Gliese 581e, Gliese 581c y el Gliese 581d), en las proximidades de su zona de habitabilidad, es decir, muy cerca de la estrecha franja orbital que permite la existencia de agua en estado líquido. Pero aquellos mundos se encontraban en los bordes de esa zona exclusiva en la que, teóricamente, es posible la vida, y por lo tanto los científicos nunca se atrevieron a asegurar que, efectivamente, podían ser habitables.
A pesar de ello, su detección fue suficiente para despertar la imaginación de muchos. El canal de documentales australiano RDF y la red social Bebo utilizaron entonces un radiotelescopio en Ucrania para enviar 500 mensajes del público en forma de radioondas hacia la estrella Gliese 581. Al mismo tiempo que el ministro australiano de Ciencia organizaba a 20.000 usuarios de Twitter para enviar mensajes hacia aquél lejano sistema solar a 20 años luz de distancia de la Tierra.
Pero el caso del último planeta descubierto es muy diferente: Gliese 581g no está cerca, sino justo en medio de la zona de habitabilidad. Un lugar que en nuestro propio Sistema Solar está ocupado por nosotros. Su descubridor, Steven Vogt, profesor de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Santa Cruz, afirma estar convencido "al cien por cien" de que allí hay vida.
De ahí a relacionar este hallazgo con la misteriosa señal de Bhathal solo hay un paso. Una distancia muy corta pero que la Ciencia está obligada a recorrer despacio y con la máxima cautela.
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