Barack Obama, ¿El señor guerra o noble de la paz?
Entre sus primeras medidas de Gobierno, Obama anunció la prohibición total de la tortura, dejando abierta la posibilidad de perseguir judicialmente a los responsables de autorizarla y practicarla desde el 11-S; la clausura de las prisiones utilizadas por la CIA en el extranjero; el cierre de la prisión de Guantánamo y la suspensión por tres meses de los juicios militares, para estudiar una alternativa a ellos.
Su Departamento de Defensa, sin embargo, pelearía poco después en los tribunales para impedir que la Asociación Americana por las Libertades Civiles (ACLU) lograra la desclasificación de decenas de fotografías sobre abusos y torturas a prisioneros en Afganistán e Irak por parte de militares y agentes estadounidenses... y perdió.
Empezaremos a dejar Irak, de manera responsable, en manos de su pueblo, y a forjar una merecida paz en Afganistán. Trabajaremos sin descanso con viejos amigos y antiguos enemigos para disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro del calentamiento del planeta.
El premio Nobel de la Paz aborda la guerra de Afganistán con el envío de 30.000 soldados más. Las intenciones de Obama de reducir su arsenal nuclear siguen siendo eso, intenciones. Además, Irán y Corea del Norte han subido varios peldaños en su escalada nuclear. La Cumbre de Copenhague dejó claro que EEUU no dará ningún paso para acabar con el calentamiento global si no cuenta con el apoyo de China, que se muestra reacia a reconocer la responsabilidad del hombre en el fenómeno.
El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, emitirá una orden ejecutiva, posiblemente durante su primera semana de mandato, para cerrar la prisión en la base naval estadounidense de la Bahía de Guantánamo (Cuba), según afirmó el lunes un asesor de su equipo de transición.
Cabe recordarle al premio nobel de la paz que hoy en día 7/05/11 la prisión de Guantánamo sigue abierta
Las tres guerras de obama
Curioso Nobel de la Paz
Por Rodrigo Lloret
“Con el tiempo, el ‘triángulo de acero’, formado por el Pentágono, las empresas que fabrican armamento y los políticos que apoyan el gasto militar, amasó un enorme poder y pudo conducir la política exterior de los Estados Unidos.”
La audacia de la esperanza, Barack Obama.
“Sería negligente si no reconociera la considerable controversia que ha generado vuestra generosa decisión”, lanzó un emocionado Barack Obama a los miembros del Comite Nobel, el 10 de diciembre de 2009 en Oslo. “Quizás el problema más profundo que rodea mi recibimiento de este premio es el hecho de que yo soy el comandante en jefe de una nación que está en medio de dos guerras”, completó el presidente norteamericano. Si aquella distinción había generado entonces una gran polémica, el “presidente en guerra” –para citar la terminología que Bob Woodward utilizaba contra George W. Bush– acaba de amplificar el conflicto al confirmar en el norte de Africa una nueva acción bélica de Estados Unidos. Irak, Afganistán y Libia. Guerras 3, Nobel 0.
No se busca en este espacio criticar la decisión de Washington de liderar una coalición internacional que contuvo el avance genocida del dictador libio Muamar Kadafi. Pero es necesario, también, marcar las contradicciones en las que ha quedado sumergido un presidente que despertó esperanzas planetarias cuando prometió renovar la Casa Blanca y reconciliar a Estados Unidos con el mundo, tras ocho años de arrogancia, ilegalidad y atropello de Bush.
Para calibrar aquella metamorfosis inconclusa, es conveniente retomar las palabras que el mismo Obama pronunció en la capital noruega: “El mal existe en el mundo. Decir que la fuerza a veces es necesaria no es un llamado al cinismo, es un reconocimiento a la historia, las imperfecciones del hombre y los límites de la razón (...) Entonces, sí, los instrumentos de la guerra tienen un rol a jugar en la preservación de la paz”.
El curioso planteo de Obama –que esta semana fue retomado en torno a Libia, cuando advirtió sobre la “obligación de actuar” para “frenar masacres”– ya había sido inteligentemente estudiado en Guerras justas, un trabajo de Alex Bellamy, publicado el año pasado en la Argentina. Bellamy es profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Queensland, en Australia, y su exhaustivo ensayo recoge los argumentos que han esgrimidos los teóricos de la guerra en la historia. Desde Platón y Tucídides, pasando por Cicerón, San Agustín y Sun Tzu, hasta Hobbes, Maquiavello y Kant, para llegar a Clausewitz y Morgenthau, los pensadores clásicos han intentado dar respuesta a preguntas complejas. ¿Cuándo es legítima una guerra y quién puede declararla? ¿Qué pasa si un soldado no obedece la orden de matar? ¿Es justo atacar a un país porque maltrata a sus ciudadanos? Si toda guerra es inmoral, ¿qué hacer contra Adolf Hitler?
La respuesta parte de la siguiente tesis: si no se establecen limitaciones éticas ni de legitimidad a la decisión de iniciar una guerra (jus ad bellum) y a la manera de conducirla (jus in bello), no es posible distinguir su curso de una matanza masiva y del uso de la fuerza bruta sin control. El esfuerzo intelectual de dar cuenta de las “guerras justas”, no obstante, intenta justificar lo injustificable: el acto de matar.
Según la ONG norteamericana Iraq Body Count, en Irak han muerto más de 400 mil civiles desde que comenzó la guerra, en 2003, y según el Acnur hubo cerca de cuatro millones de personas desplazadas. Mientras que la la cadena árabe Al Jazeera asegura que en Afganistán ha habido más de 34 mil muertos desde que se inició la contienda, en 2001, y Acnur cifra en 3 millones la cantidad de refugiados afganos.
Hasta ahora, los “daños colaterales” todavía no se cuentan en Libia, la tercera guerra del Nobel de la Paz.
El hipócrita Obama y las sanciones de la ONU a Libia
Mientras le convenía, hacía negocios con Gadafi y callaba lo que ahora hipócritamente condena.
EE UU ofrece "todo tipo de ayuda" a los rebeldes libios
El Consejo de Seguridad de la ONU impone duras sanciones al régimen
Una vez establecido unánimemente por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que Muamar el Gadafi ha perdido toda legitimidad y merece acabar ante el Tribunal Internacional de La Haya, Estados Unidos se ha precipitado a entrar en contacto con las fuerzas rebeldes y a ofrecerles "cualquier clase de asistencia", según anunció ayer la secretaria de Estado norteamericana, Hilllary Clinton, que hoy se reunirá en Ginebra con sus colegas árabes y europeos para precisar y coordinar esa ayuda.
EE UU y sus aliados podrían dar apoyo logístico y de espías a la oposición
Hillary Clinton se reúne hoy en Ginebra con líderes árabes y europeos
Ahora sí, la comunidad internacional está plenamente activa y movilizada para acelerar los acontecimientos en Libia, y Estados Unidos, después de algunos titubeos, parece decidido a asumir el liderazgo. "Estamos conversando con muchos libios diferentes en el este, mientras la revolución se traslada hacia el oeste", declaró Clinton antes de salir de Washington. "Estamos listos y preparados para ofrecer cualquier tipo de asistencia", añadió.
Aunque la secretaria de Estado advirtió de que "todavía es muy pronto para ver cómo va a funcionar esto", es claro que el mensaje que la Administración norteamericana quiere enviar es el de que su ayuda a los grupos insurgentes no tiene por qué limitarse a la de carácter puramente humanitario. En la medida en que el conflicto se prologue, los rebeldes anti-Gadafi pueden requerir asistencia militar, pero antes de eso Estados Unidos y sus aliados podrían facilitar apoyo logístico y de inteligencia que facilitara el robustecimiento de las fuerzas de oposición.
Muerte de Osama Bin Laden
'¿Justicia?'.
Obama anuncia la muerte del 'enemigo público número 1' de Estados Unidos argumentando que lo que se ha llevado a cabo es una venganza, "el ojo por ojo y diente por diente, es lo opuesto a "hacer justicia".
Pegándole un tiro en la cabeza a Bin Laden no se ha hecho justicia, se ha vengado la muerte y el dolor de cientos de miles de personas, pero no se ha hecho "justicia".
Debemos ser honestos y reconocer que la justicia es otra cosa. La venganza no trae la paz, la venganza satisface el instinto más primario pero no soluciona el problema.
Que el presidente de EEUU, Barack Obama, Premio Nobel de la Paz, construya su futuro político sobre este "ajusticiamiento" es repugnante. Afirmar que este acto "terrorista" cometido por EEUU, es "testimonio" de la "grandeza" de este país y de la "determinación" de su pueblo y que "Estados Unidos puede hacer lo que se proponga" es aberrante.
Deberían sacarle el Premio Nobel de la Paz.
1 comentarios:
totalmente de acuerdo.todas las naciones son complices de las gerras "justas".todo es por negocios.civilizacion!!..un asco.
quien invento el premio nobel,y quienes son merecedores,? el mundo al reves.
que opina el papa sobre esto? tambien pensara que para lograr la paz, hay que bombardear civiles. en un concurso de ipocritas, quien ganara? de terror nuestro querido planeta...vamos derecho al control y sometimiento de la humanidad,una gran carcel para todos y todas ,como dice cristina,( la presi de argentina)
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