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Lo que REALMENTE pasa en Japón



Japón no vive en el caos como dicen los medios...

Saludos Taringueros,

"algunos ya sabréis que aquí en la Arcadia siempre estamos con las armas preparadas para destripar a todo aquel periodista que por su ignorancia, o simplemente vagancia, es incapaz de hablar con propiedad de algún tema". Después de seguir durante unos días la cobertura que han hecho los medios españoles del terremoto de Japón y sus consecuencias, han vuelto a saltar las alarmas. Pero en esta ocasión no se trata de una “alerta roja”, es más apropiado hablar de una “alerta amarilla”.


Las grandes catástrofes en la era de la comunicación, en este siglo XXI, ya no se viven de la misma forma que hace 10 años, o incluso menos. Hay muchos más canales de televisión (algunos dedicados a dar noticias continuamente), hay muchos más periódicos (incluyendo los gratuitos), y por supuesto, tanto la prensa escrita como la televisiva tienen una gran actividad en Internet. A todo esto hay que sumarle la información que muchos crean en Internet sin ser periodistas, pero que tanto valor puede tener para obtener una visión mucho más directa de lo que sucede. Se podría hablar de una revolución 2.0 en nuestra comunicación, que nos han proporcionado centenares de ojos para ver a pie de calle como se sucedía todo esto.


Como ya contamos este mismo viernes, gracias a Twitter, y a un timeline repleto de personas que viven en Japón, conseguimos estar informados de forma permanente y con muchísimo detalle de todo lo que iba sucediendo en allí pocas horas después del terremoto y el posterior tsunami. Era riguroso directo. Con cada réplica saltaban tres o cuatro tweets de forma simultánea. Pero una vez pasado el susto inicial, nos contaron todo lo que iba sucediendo después, especialmente por lo que se refiere a Tokyo, donde viven la mayoría de estos expatriados.


La misma noche del 11 de marzo, a pesar del miedo y la incertidumbre que provocaban las continuas réplicas, se empezaba a hablar de “normalidad”. Una palabra que se iba repitiendo cada vez más a lo largo del fin de semana, y el lunes, muchos de ellos ya volvían al trabajo. Lógicamente había detalles que les recordaban contínuamente que seguía habiendo problemas, algunos productos escaseaban en algunos supermercados, las típicas pantallas de Shibuya estaban apagadas, y los salones de máquinas recreativas cerradas para ahorrar en energía. Cortes de luz programados, y algunos trenes que no funcionaban. No, no es una normalidad absoluta, pero en ningún momento se tenía sensación de peligro inminente, más allá de estar pendientes de lo que sucede unos cuantos kilómetros al norte. Si nos vamos hasta la isla de Kyushu, al sur de Japón, nos encontramos que están casi tan tranquilos como nosotros, y que si no fuese por las noticias ni siquiera se habrían enterado.


Nos damos la vuelta, empezamos a fijarnos en los “medios tradicionales”, y nos encontramos con una periodista de TVE que en su twitter nos dice lo siguiente:


@almuariza La gente ha enloquecido en Tokyo. No se encuentran ni pilas en las tiendas. Se están vaciando los supermercados. No hay gasolina. (tweet original)


¿Nos hemos perdido algo mientras estábamos durmiendo? ¿Ha habido otro terremoto? ¿El tsunami ha llegado a Tokyo? ¿O ha explotado una central nuclear cerca de Tokyo? El Tweet de esta reportera nos lleva a su blog donde nos cuenta:


Hemos salido a rodar “vida en la ciudad”. En muchas gasolineras ya no hay combustible, los supermercados están desabastecidos, los transportes públicos interrumpidos y hay cortes de electricidad para ahorrar en el consumo energético. La zona comercial de la ciudad está semiparalizada y la Bolsa ha abierto sus puertas experimentado un fuerte descalabro.


Mientras, estamos intentando solucionar la logística para ir al norte, a la zona devastada, aunque las carreteras están cortadas y el tren apenas funciona. Además, estamos tratando de conseguir gasolina, un generador, sacos de dormir, comida…y ahora nada es fácil en Tokyo.


Visto así, la cosa parece realmente grave. Tal y como nos explica la noticia, parece que en Tokyo se están quedando sin comida, que si no tienes bici difícilmente podrás desplazarte largas distancias, y si lo haces en coche, seguramente no podrás conseguir gasolina. La locura se ha desatado en las calles.





Portada de un periódico peruano.

Seguimos leyendo en otros sitios, el Diario ADN nos dice: “El caos regía ayer en Japón.” ¿En todo Japón? ¿No era sólo en el noreste donde había problemas de verdad? ¿Quedarse sin luz es el caos? Si es así, nosotros lo hemos vivido más de una vez gracias a Endesa.


Después viene lo más marciano, El Mundo se saca de la manga un “glorioso” titular para hablar de la catásfrofe, sus consecuencias políticas, y de propina, hace un extraño paralelismo con los atentados del 11M de Madrid.


“Japón escribe su 11M“


Y la cosa sigue y suma, con debates en televisión que se preguntan si la radiación afectará en España, que en Corea del Sur ya se está notando, y muchos periódicos empiezan a hablar del peor desastre nuclear desde Chernobyl, que todo acabará saltando por los aires y los japoneses morirán bajo una nube radioactiva.


A lo largo de estos días, pudimos ver a muchos de nuestros amigos o conocidos que viven en Japón apareciendo en gran cantidad de medios. Parece que no quieren ignorar el fenómeno 2.0, y se han volcado con los bloggers y los tweeters para recabar información de primera mano. Pero después de varias experiencias, estos mismos twitteros y bloggers empiezan a rechazar las peticiones de las cadenas de televisión y los periódicos, muchos de ellos están furiosos por el trato que se está dando a la información sobre la catástrofe en Japón. En primer lugar, porque no se acerca para nada a lo que ellos están viviendo, y en segundo, porque sus familias se están asustando sin motivo.


Y es que a pesar de la cantidad de información que ha llegado a generar esta tragedia, un volumen mucho mayor seguramente que lo ocurrido en Haití o Chile por motivos obvios, y a pesar de que han tenido a personas que están viviendo en primera persona todo lo sucedido, a los medios generalistas les sigue importando una sola cosa: titulares impactantes que mantengan al espectador pegado a la pantalla o que les hagan comprar el periódico. Algunos ilusos pensábamos que, de lo que se trata, es de dar una visión global y certera de lo ocurrido. Pero parece que esto nunca ha sido así. De hecho, incluso algún blogger ha comentado que al hablar con periodistas, a estos se les veía decepcionados si les contaban que habían vuelto a la “normalidad”.


Está claro que lo que está pasando en Miyagi es desolador. Las imágenes y las historias que nos llegan de las consecuencias del tsunami son terroríficas, y los problemas en las centrales nucleares mantienen a todo el mundo en vilo. Hay que informar de todo eso, queremos saber qué ha pasado y lo que podemos esperar. Pero lo que están haciendo los medios es ofrecer una visión monocromática de lo que está ocurriendo realmente en Japón. Cuando nos hablan de que “el caos rige en Japón”, deberían aclarar que, si esto es cierto, es sólo en una zona muy determinada del país. (en 3 de 50 prefecturas). Si nos cuentan que los supermercados están desabastecidos, que visiten más de uno, y seguramente se darán cuenta de que aún se puede encontrar de todo en la mayoría (clica para ver el vídeo de Zordor). ¿Que los transportes no funcionan? Bien, si tenemos en cuenta el porcentaje de transportes que han tenido que parar en Tokyo, y los que se anularon en Barcelona durante la nevada del año pasado, quizás pensaríamos que en la capital catalana se desató el apocalipsis y murimos todos bajo un manto de nieve. ¿Que la gente ha enloquecido en Tokyo? Seguramente lo están pasando mal, y su día a día no es tan sencillo como de costumbre, pero llamarles locos es otra cosa, gratuita y de mal gusto.





Fotos de un supermercado el 14 de Marzo



A pesar de lo que dicen algunos, hay supermercados que siguen bien abastecidos de pilas

Seguramente muchos de estos bloggers, y nosotros con ellos, han pecado de inocentes. Desde hace ya meses se libraba cierta batalla porque muchos periodistas sacaban noticias de Internet de forma indiscriminada y desvergonzada, sin citar fuentes ni reconocer los méritos de los auténticos informadores. Pero parecía que esta vez realmente querían darles voz. ¿Por qué no tenderles la mano si realmente muestran esa voluntad? Además, es fácil dejarse llevar por todo esto, ¿quién diría que no a salir por la tele informando de un hecho así? Reconozcámoslo, somos bloggers, nos gusta que nos escuchen, y seguro que más de uno lo ha hecho con toda la voluntad de dar un servicio público. No queremos decir con esto que nuestros amigos y conocidos hayan hecho mal, el suyo es un testimonio valioso para nosotros, ¿por qué no iba a serlo para una audiencia más “general”? Pero creemos que las intenciones de estos medios no son tan honestas. Simplemente se han dado cuenta de que si meten a un blogger ahí matan, no dos, sino tres pajaros de un tiro; consiguen a un “corresponsal gratis” que conoce bien el terreno, se meten en el bolsillo a los “internautas”, y encima consiguen esa parte humana que les falta a las crónicas habituales, mucho más emotiva y vendible en estos tiempos en los que la figura del periodista serio y objetivo ya no se cotiza. De ahí que, si no les cuentas una historia “interesante”, no les interesa tu punto de vista, o no va a acabar saliendo en el reportaje.


Lógicamente televisiones y periódicos tienen ahí a sus corresponsales o enviados especiales. Pero parece que la visión de muchos de ellos está condicionada a la realidad de que no viven en Japón, o que en cualquier caso no llevan mucho tiempo ahí (la mayor parte de corresponsales en Asia suelen estar ubicados en China). Simplemente se han desplazado hasta Japón para cubrir la noticia, y por eso convierten cualquier pequeño detalle (un supermercado sin pilas) en una noticia que se generaliza hasta el límite. ¿O acaso van a salir en antena para decir que todo está en calma en Tokyo? Seamos justos, hay medios que así lo han dicho, y han hecho caso a los testimonios, pero por ahora son minoría. Aparte de todo esto, hay otro detalle importante, las diferencias culturales pueden ser también un obstáculo que muchos periodistas no podrán salvar por falta de formación o conocimiento.


Quizás sean esas prisas con las que queremos la información las que obligan a estos periodistas a quedarse simplemente en el titular, ese teletipo que, si uno escarba un poquito, se dará cuenta de que cuenta sólo una pequeña parte de la historia, o está equivocada, o es una exageración sin medida. Quizás sea que la mayor parte de su audiencia no se parará a escuchar si no les hablan de grandes desgracias humanas, o aparece el típico tertuliano desinformado para sentenciar y profetizar futuros apocalipsis. ¿Para qué vamos a leer un larguísimo texto de un experto en materia nuclear que nos dice que no temamos, si podemos imaginarnos que en Japón se acerca un desastre nuclear como el de las películas? (Que además se habrán merecido por inconscientes al tener tantas centrales nucleares.) Y sí, Twitter se ha convertido en un buen aliado, porque la información es corta y concisa, y no siempre requiere que se le den muchas vueltas. Pero teniendo en cuenta como están manejando la información de las redes sociales, no nos extrañaría que acabase apareciendo como “real” una noticia asegurando que se ha visto a Godzilla haciendo de las suyas en Miyagi. Total, tampoco iban a contrastar sus fuentes.


Después del larguísimo texto, resumiremos todo lo que hemos dicho en una sola imagen:





La nueva versión de la viñeta es gentileza de "Akime".

Y por último unas fotos que hemos sacado de Japan Trends que confirman la relativa normalidad de la vida en Tokyo, y que los medios españoles no son los únicos alarmistas:




Camiones haciendo el reparto de forma habitual. Lo que contrasta con este otro tweet de Almudena Ariza: @almuariza Se están agotando algunos productos básicos en Tokyo. En algunas tiendas las estanterías están vacías. Se lo han llevado todo y no reponen.



Takeshita Street, con un buen número de gente comprando.



Las pantallas de Shibuya apagadas, sí. Pero eso no hace que la gente corra a los refugios.



Enmedio del “caos de Tokyo”, algunos incluso se van de picnic.

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